lunes, 10 de mayo de 2010

LA BAYADÉRE

Ballet en cuatro actos y siete cuadros, con música de Ludwig Minkus, coreografía de Marius Petipa y libreto de S. Kuschelok y M. Petipa.
Se estrenó el 3 de febrero de 1877 en el Teatro Imperial de San Petersburgo.

El bailarín y coreógrafo Vakhtang Tchabukiani realizó en 1941 la revisión mas importante de este ballet. Suprimió el cuarto acto, pero conservó la música del pas d' action, que se reutilizó en el segundo acto en forma de pas de six, con una virtuosa variación para Solor. Creó el pax de deux del encuentro entre Solor y Nikiya en el primer acto, y añadió una entrada de Solor, en el acto de las sombras. Esta escena se abandonó enseguida, y la obra terminó con el cuadro de "El reino de las sombras". Esta versión, todavía en el repertorio de la compañía del Teatro Maryinsky, contiene una variación para el ídolo dorado que se ha convertido en tradicional.

Argumento:

Su acción se sitúa en la India legendaria, nos cuenta la historia de Nikiya, una
bayadera (bailarina consagrada al culto de los dioses) que está enamorada de
Solor, un noble guerrero que le ha jurado amor eterno. Sin embargo, el rajá decide que su hija Gamzatti sea la esposa de Solor y éste, abrumado por la belleza de Gamzatti, olvida las promesas que le había hecho a Nikiya. El rajá se entera por boca del gran brahmán, que está enamorado de Niyika, que Solor y Nikiya están enamorados; con el fin de dejar el camino libre a su hija, decide que Nikiya debe morir. Gamzatti trata de salvarla e intenta convencerla de que se olvide de Solor, pero Nikiya se niega e incluso llega a atacar físicamente a Gamzatti, que decide entonces que la bayadera debe morir.
Durante la celebración de los esponsales de Gamzatti y Solor, Nikiya aparece bailando, pero es fatalmente mordida por una serpiente oculta en un cesto de flores que le habían regal
ado el rajá y su hija. Después de su muerte, Solor solo en su tienda, tiene la visión de Nikiya en el reino de las sombras. Más tarde, durante la ceremonia de la boda, la visión de Nikiya,
que únicamente él puede ver, le persigue de nuevo. Los dioses, enfurecidos por su asesinato, destruyen el templo como castigo y como consecuencia mueren todos los que se encuentran en él. De esta manera los espíritus de Solor y Nikiya se reúnen de nuevo para vivir su amor eternamente.